Cataplasma de avena: cocinar avena entera en vinagre y aplicarla como cataplasma caliente directamente sobre la piel.
Cataplasma de verbena: también se puede preparar un té de verbena fresca al que se le agrega un poco de vinagre. Se aplica con un paño lo más caliente que soporte el paciente.
Cataplasma de hojas de repollo: hervir las hojas en leche hasta que se convierta todo en gelatina. Extender sobre un paño y aplicar caliente. Dejar sobre la zona dolorida toda la noche.
Té de verbena: Refresca, tranquiliza y relaja, contribuyendo con ello a aliviar los dolores.
Cataplasma de arcilla con caldo de ajo: hierva varios dientes de ajo durante 5 minutos y mezcle el caldo con la arcilla hasta formar una pasta homogénea no demasiado blanda. Aplicar caliente en el área de los riñones.
Cataplasma de verbena: también se puede preparar un té de verbena fresca al que se le agrega un poco de vinagre. Se aplica con un paño lo más caliente que soporte el paciente.
Cataplasma de hojas de repollo: hervir las hojas en leche hasta que se convierta todo en gelatina. Extender sobre un paño y aplicar caliente. Dejar sobre la zona dolorida toda la noche.
Té de verbena: Refresca, tranquiliza y relaja, contribuyendo con ello a aliviar los dolores.
Cataplasma de arcilla con caldo de ajo: hierva varios dientes de ajo durante 5 minutos y mezcle el caldo con la arcilla hasta formar una pasta homogénea no demasiado blanda. Aplicar caliente en el área de los riñones.
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