Aceites esenciales: vias y tecnicas de aplicación

Las esencias naturales son sustancias muy potentes que se utilizan siguiendo unas indicaciones muy precisas.
Las vías de aplicación son esencialmente dos: la vía interna, es decir, la ingestión oral, y la vía externa, por inhalación, baños, etc.

Via interna

Vía Oral


Se desaconseja la ingestión oral sin control médico puesto que el contacto de las esencias con las delicadas mucosas digestivas puede ser irritante; además, las dosis deben administrarse con atención para evitar el riesgo de intoxicaciones agudas y crónicas. La dosis de las esencias por vía interna es, como media, de 3 gotas por cada toma, con un máximo diario que oscila entre las 5 y las 20 gotas, dependiendo de las dosis utilizadas. Hay que tomarlas antes de las comidas o durante éstas.
La ingestión por vía oral es una opción que sólo hay que tener en cuenta cuando sea necesario, es decir, en caso de requerir una curación propiamiente dicha de determinadas enfermedades. En cambio, la estimulación energética y la
vitalización del cuerpo se obtendrán aplicando los aceites por vía externa, a través de baños, fricciones y masajes, con la difusión en el aire y con la estimulación olfativa, modalidades que también son muy eficaces.

Vía externa

La vía externa es preferible debido a su mayor facilidad de aplicación a seguridad. Además, con la aplicación local, las esencias penetran inmediatamente a través de la piel y actuan de forma directa en los órganos que se encuentran debajo de ésta, sin sobrecargar inútilmente los órganos internos, como el hígado y las mucosas digestivas, como sucede por vía oral.
No obstante, no hay que superar las 10 gotas diarias.

Masaje

Los aceites esenciales puros son substancias concentradas y potentes. Para el masaje, las esencias -una o varias -se añaden, antes de entrar en contacto con la piel, a un aceite básico que, actuando como vehículo, diluye las esencias para evitar reacciones cutáneas y fenómenos irritantes, y permitir el deslizamiento correcto para efectuar el masaje.
Los aceites de base que se utilizan deben tener una alta afinidad con la piel. Por ello se aconsejan los aceites vegetales como el aceite de germen de trigo, de almendras dulces, de avellana, de girasol, de sésamo, de oliva, de pepitas de uva, de maíz, de soja o de mani.
Una precisión importante que hay que tener en cuenta es que estén exprimidos en frío, ya que no deben contener residuos de disolventes, derivados del proceso de refinado y de presión, que destruyen las vitaminas liposolubles como las E y F. Se desaconsejan los aceites de origen mineral para hacer masajes, como el aceite de vaselina, que tiene poca afinidad con la piel y tiende a obstruir los poros.
Entre los aceites antes mencionados el de pepitas de uva y el de girasol resultan particularmente ligeros y, por lo tanto, de más fácil extensión por el cuerpo. Los aceites de germen de trigo, de oliva o de almendras dulces son más
viscosos y por ello más adecuados para el tratamiento de las pieles secas.
Los porcentajes de dilución son los siguientes: el contenido de aceite esencial de una mezcla debe oscilar entre el 1 y el 3 %, según el tipo de problema. Los problemas físicos en general requieren una concentración mayor que los
estados de naturaleza emotiva y nerviosa.
Veamos en la práctica cómo se procede a la dilución. El 1 o 3 % se traduce en estas proporciones: para una cucharada sopera de aceite básico (que equivales a unas 100 gotas), deberemos añadir de 1 a 3 gotas de esencia.
Para un masaje global de todo el cuerpo, la concentración de esencia será como se ha indicado antes. Para intervenciones en puntos más precisos, el número de gotas por cucharada podrá ser superior.
La temperatura ambiente del lugar donde se practicará el masaje deberá ser agradable, no inferior a los 25 grados C; la mano de quien efectúa el masaje deberá estar caliente y el aceite se calentará con el calor de la mano antes de aplicarlo sobre el cuerpo. Hay que tener presente que cuanto mayor sea el calor de la piel, mayor es la dilatación, y, con ello, mayor es la absorción de la esencia. Esto puede verse favorecido con un baño caliente antes de proceder al masaje.

Baño

Para un baño aromático, la temperatura del agua debe ser elevada, pero no en exceso. Las esencias se añadirán inmediatamente antes de entrar en la bañera, para poder aprovechar al máximo el efecto producido por la evaporación de los componentes volátiles.
Se añaden 4 o 5 gotas de la esencia elegida; si se trata de un combinado no hay que superar las 8 gotas. La duración del baño será de unos 10 minutos.

Ducha

Se vierten de 3 a 4 gotas de esencia en el guante de espuma mojado y se fricciona el cuerpo.

Compresas y emplastes

En una taza de agua caliente o fría, según las necesidades, se vierten de 5 a 8 gotas de esencia. Se sumerge una gasa en agua, se escurre con suavidad y se aplica en la zona afectada. Se utilizará agua caliente para dolores musculares, y agua fría para torceduras, esguinces, fiebre o cefaleas. La compresa se renovará cuando se caliente o se enfríe, según sea el caso. Las compresas de esencias pueden aliviar los dolores, las distorsiones o las hinchazones.

Evaporación

Se vierten de 3 a 4 gotas de esencia en un difusor para esencias, formado por una fuente de calor (lámpara o vela) sobre la que haya un recipiente de cristal con un poco de agua. Con la acción del calor, el agua de evapora y la esencia se volatiliza. No debe verterse directamente la esencia sobre la fuente de calor porque es un producto inflamable.
También pueden echarse unas gotas de esencia en un pañuelo, una almohada, en especial las esencias balsámicas, en el recipiente de agua de la calefacción, en un humidificador preparado para el uso de esencias o incluso en un nebulizador. Esta prática de nebulización de esencias en el ambiente tiene un elevado poder antiséptico y es muy útil para purificar el aire de las habitaciones de los enfermos.

Inhalaciones

Se añaden de 5 a 8 gotas de esencia en un recipiente pequeño con agua hirviendo y se respiran los vapores con un paño sobre la cabeza. Este método es particularmente útil para tratar las afecciones de las vías respiratorias.

Fricciones

Se utilizarán 2 o 3 gotas de esencia diluidas en una base alcohólica para fricciones en la región cutánea correspondiente al órgano afectado (por ejemplo, en el tórax para la tos o la bronquitis) hasta calentar dicha zona.

Pediluvios, maniluvios y semicupios

Se añaden de 4 a 5 gotas de esencia en un recipiente con agua fría o caliente, dependiendo de las necesidades, y se mantienen los pies sumergidos durante unos 10 minutos.
Hay que seguir el mismo tratamiento en el caso de las manos o para el bidé.

Irrigaciones internas


Se añaden de 4 a 5 gotas de esencia en agua muy caliente, dejándola enfriar durante unos minutos. Se utilizará para lavados vaginales o lavativas.

Enjuagues y gargarismos

Se añaden de 2 a 3 gotas de esencia en un vaso de agua hervida para enjuagues o gargarismos en caso de inflamación de las mucosas de la boca y de la garganta.

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